quarta-feira, 16 de março de 2011

Cazándola

"Es la logica propia de la vida: aunque vamos cazando – día a día – somos cazados.

Dice: ¿Adónde vas, hijo? Dice: A cazar.

Así, el cazador camina. Camina por el bosque, por el campo, por la ciudad. En cada momento está dispuesto a atacar lo que busque. Lo que quiera. Lo que cruze su camino. Porque, al final, la caza no es más que azar. El azar de caminos entrecruzándose. La vida.

Dice: ¿A cazar qué, hijo? Dice: A cazar maravillas, a cazar cada momento en su niebla magica, a cazar la suerte. A cazar la vida llena y plena. A cazar para no olvidar.

Y su mira telescópica encuentra los objetos de su deseo. Tira. Otra vez tira. Se oye el sonido de su arma accionada. Y fulmina. Cada vez fulmina con ímpetu.

Dice: Pero, hijo, cuando se caza, también se mata. Dice: Sin cazar no vería la vida – y sin la muerte no vería lo magico que nos da este mundo.

Los objetos se forman, cayen de sus entornos. Son los suyos ahora. Son sus objetos, no – sus sujetos. Va a tomarles a casa, va a colgar partes de ellos en las paredes. Para no olvidar. Para ver a la vida que está captivada en ellos. Pero ellos mismos no respiran más. Han dejado toda su energía, toda su vida en el momento en que... el cazador abre la puerta de nuevo. Camina por el bosque, por el campo, por la ciudad. Busca la vida matándola. Cazándola."

Julian Tangermann...




“camino por madrid en tu compañía…” y escuchando esa canción me acuerdo de los buenos paseos por las calles madrileñas en tu compañía… “a paso lento…” tranquilos, charlando y disfrutando el momento… “como quién sabe que cuenta con la tarde entera, sin nada más que hacer que acariciar aceras…” y luego el parque acariciándonos… “ir y venir, seguir y guiar, d
ar y tener…” y sentados en los columpios, en un vaivén sincronizado… apenas sintiendo el viento en nuestras caras, tocando nuestras barbas… “dos paseantes distraídos han conseguido que el reloj de arena de la pena pare, que se despedace…” y como si estuviéramos congelados en el tiempo, sacamos fotografías de esas imágenes… que fueron impresas en nuestra memoria, formando una hermosa película… “ir por ahí como en un film de éric rohmer sin esperar que algo pase”… pero la verdad es que algo pasaba, como en un film de françois ozon… y así seguías conmigo por las calles… “te vi cambiar tu paso, hasta ponerlo en fase, en la misma fase que mi propio paso”… y en sintonía, entrecruzábamos dos mundos, entrelazándolos, haciendo lazos… “amar la trama más que al desenlace”… camino por madrid en tu compañía…

Tiago Elídio...

Foto: Tiago Elídio... Madrid...

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